Como
siempre, lo urgente no deja tiempo a lo importante. (Mafalda)
Entre
tantas prisas la gente se olvida de lo importante. Todo es correr,
arriba y abajo.
Relojes
por todas partes, digitales, de pulsera, de pared, modernos y
antiguos, con engranajes o con pilas, de metal o de madera, de
colores chillones, con alarmas...
El
paso constante, monótono de cada hora, cada minuto, cada segundo, el
incansable tic-tac... Ha entrado en nuestras vidas, marcándolas.
Nos
limita, nos mete prisa o nos desespera.
La
era del tiempo, en la que todos vivimos pendientes de un reloj.
Hablamos
de no perder el tiempo, decimos que el tiempo es oro, pero nadie
parece apreciar realmente el tiempo que tiene.
Tenemos
que ahorrar tiempo, está mal malgastarlo, pero, ¿qué hacemos con
esos minutos que hemos ahorrado al subir por el ascensor en vez de
usar las escaleras? Lo usamos para rebuscar las llaves de casa, que
se caen y nos tenemos que agachar para recogerlas, con lo cual el
bolso se acaba de abrir y su contenido se vacía en el rellano,
haciéndonos maldecir al fabricante y al vendedor que hábilmente nos
engañó, diciendo que era una ganga, a mitad de precio un artículo
único. Consumismo, del que hablaré en otro momento. Volvamos a esos
preciosos minutos que el ascensor nos ha ahorrado. Acabamos de
perderlos y, de regalo, unos cuantos más porque la puerta estaba
reinchada por el calor y no quería abrirse.
Hemos
“perdido” más tiempo del que habíamos ganado. ¿Estamos
entonces en números rojos? No lo parece. Los segundos siguen
viniendo y no parece que nadie vaya a venir a reclamar los que hemos
usado indebidamente. Pero no sólo hemos perdido, también hemos
ganado. Hemos ganado un cabreo y la mala leche para las siguientes
horas porque, aunque fuera sin querer, hemos PERDIDO y MALGASTADO
unos preciosos minutillos.
Comparamos
el tiempo con perder el último tren de vuelta a casa y que no volverá
a pasar hasta el lunes siguiente, o con malgastar el agua tan preciada y
escasa.
Mi
pregunta: ¿por qué?
¿POR
QUÉ esa manía con las prisas, con medir y dividir el día, la
semana, el año, NUESTRAS VIDAS?
Es
sencillo: somos mortales. Eso significa que no somos inmortales
(lógicamente), significa que un día nuestro tiempo acabará,
expirará.
Nos
han inculcado el valor del buen uso del tiempo porque no tenemos todo
el tiempo que quisiéramos. Y cada segundo estamos un segundo más
cerca de morir.
La
clave, tal y como yo lo veo, es aprovechar nuestro tiempo y con eso
quiero decir disfrutar de él.
Lo
importante es vivir una vida de la que nos sintamos orgullosos cuando
nos miremos al espejo.
No
es un concurso a ver quién hace más cosas con su tiempo.
No
es pensar en aquello que te pierdes, porque siempre hay otra opción
que no has escogido y que habrás “perdido”.
No
es estresarse por la inexorabilidad del tiempo.
Es
dejar lo urgente atrás y dar prioridad a lo importante.
¡Pienso exactamente como tú! Hay que disfrutar del tiempo y no diseccionarlo como si fuera una rana.
ResponderEliminarMe encanta como escribes por cierto, tienes un muy buen estilo
Totalment d'acord. Ja saps, jo soc un estressat de la vida, pero et dono tota la raó. Me güsta! Una abraçada del color del cel.
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